La estación Plaza de Cuba del metro de Sevilla se ve envuelta en misterio, con frecuentes avistamientos de una niña vestida de blanco que llora en la entreplanta, desapareciendo misteriosamente. Vigilantes y usuarios reportan encuentros inquietantes, generando malestar y teorías sobre lo paranormal.
La moderna estación Plaza de Cuba del metro hispalense ha cobrado inesperada fama entre habituales transeúntes y trabajadores, debido a la recurrente visualización de una menor ataviada de blanco que solloza en la entreplanta para luego esfumarse súbitamente.
Varios vigilantes aseguran percibir con frecuencia la figura infantil entre los andenes superior e inferior, generalmente de madrugada.
Algunos refieren haberse acercado preocupados a auxiliarla, siendo testigos de su ulterior desvanecimiento en la nada.
Malestar colectivo en aumento
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Usuarios también declaran experiencias similares, siempre circunscriptas a la misma zona liminar. Una universitaria frecuente del lugar, entrevistada por El Correo afirma toparse a menudo con la extraña niña, notando en su semblante uuna pena extrema antes de verla desaparecer instantáneamente.
Estos episodios han generado comprensible inquietud entre quienes transitan la estación, especialmente durante el turno nocturno, cuando además de los avistamientos, se han reportado sonidos anómalos como sollozos lejanos o susurros de procedencia indeterminada.
Ante la falta de explicaciones convencionales al fenómeno, crece el malestar entre el personal, renuente a permanecer en áreas aledañas al repetitivo foco de actividad presumiblemente paranormal por temor reverencial.
¿Supervivencia post-mortem o trauma ambiental?
Especialistas conjecturan distintas hipótesis, desde la supervivencia del alma tras la muerte física, hasta la impronta residual de un evento trágico ocurrido en el pasado en dicha locación específica.
Los más escépticos descreen de lo preternatural, atribuyendo las repetidas visualizaciones a ilusiones ópticas o efectos de sugestión colectiva.
Sea real o imaginada, es indudable que la persistente aparición se ha convertido en leyenda viva de la ciudad, concitando por igual fascinación y controversia.
