¿Cómo interpretar el mensaje de los sueños?: Soñar con volar

Soñar con volar
Soñar con volar tiene múltiples significados | Freepik

Ya sea mediante alas emplumadas, alfombras mágicas o modernas aeronaves, la capacidad de desafiar la gravedad en sueños nos conecta con viejos anhelos de trascendencia.

Entre las múltiples lecturas que este fenómeno aéreo admite, sin duda la dimensional onírica es de las más intrigantes. ¿Qué interpretan los especialistas cuando en nuestros sueños podemos levitar o volar a placer? Existen diversas líneas analíticas al respecto.

Enfoques psicoanalíticos

Para Sigmund Freud y los discípulos del psicoanálisis, los sueños procuran representar simbólicamente deseos reprimidos del inconsciente. Por ello, la sensación de ingravidez y libertad de movimientos que implica volar se asocia frecuentemente al acto sexual.

De modo que en los sueños donde el durmiente experimenta vuelo, especialmente aquellos con climas placenteros y sensuales, canalizarían fantasías eróticas inexpresadas en la vigilia por temor o culpa.


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Claro que no se trata de una lectura unívoca: el contexto onírico particular resulta crucial.

Por ejemplo, escapar volando de una amenaza que te está persiguiendo, significaría la búsqueda instintiva de evadir conflictos emocionales abrumadores en la vida real.

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Soñar con volar - Pixabay

Enfoques junguianos

El discípulo disidente Carl Jung prefería interpretar los símbolos oníricos de manera más flexible y personalizada. Desde esta perspectiva, sobrevolar paisajes bucólicos manifestaría la exploración inconsciente de nuestras potencialidades creativas.

Jung resaltaba ademas que los sueños no sólo expresan deseos egoístas, sino también anhelos universales del Yo trascendente, como la libertad espiritual ultima que proporciona el vuelo onírico.

Así, la ingravidez liberadora de danzar entre nubes se asociaría al anhelo humano eterno de desprendernos de ataduras mundanas y materiales. Simbolizando quizás un futuro despertar de elevada conciencia contemplativa mas allá de afanes terrenales.

Enfoques humanistas

Desde corrientes más recientes como la psicología humanista, los sueños se interpretan buscando su sentido positivo e integrador para la persona. El vuelo onírico se asocia aquí con fantasías inconscientes de autonomía personal.

Por ejemplo, un estudiante frustrado por excesivo control parental puede experimentar en sueños gratificantes paseos aéreos, significando un intento natural de afirmar su independencia emocional.

O una ama de casa abrumada por rutina, puede entre brisas y nubes recuperar un sentido de aventura y autodeterminación que se ha perdido en la vida.

Los humanistas enfatizan así la función compensatoria que cumple la libertad de movimientos del vuelo onírico, sea liberando impulsos reprimidos o satisfaciendo anhelos insatisfechos de autorrealización personal en lo cotidiano.

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Interpretaciones transpersonales

Ya en dimensiones transpersonales, algunos psicólogos como Stanislav Grof analizan los sueños de vuelo sublime como experiencias cumbre de expansión de conciencia en unidades holísticas de sentido.

Las sensaciones vertiginosas pero extáticas de flotar hasta fundirse con el cielo y la luz solar, representarían aquí un fenómeno de trascendencia del ego, donde el durmiente comprende místicamente su naturaleza espiritual más allá del cuerpo y mente.

Desde esta transpersonal mirada, todo sueño de vuelo constituye un anticipo simbólico de nuestra futura liberación definitiva cuando, tras la muerte biológica, nos elevemos de modo permanente en un plano de pura conciencia cósmica.

Perspectivas esotéricas

Desde el campo esotérico y mágico también se han desarrollado variadas interpretaciones sobre el simbolismo del vuelo onírico. Algunas corrientes ocultistas lo asocian con una expansión momentánea de las facultades extrasensoriales hacia planos sutiles de realidad.

Así por ejemplo, la Golden Dawn (Orden Hermética de la Aurora Dorada) sugiere que aquellos sueños donde podemos levitar o volar a placer, indicarían una proyección astral incipiente. Es decir, la exteriorización parcial del cuerpo energético o doble etéreo durante el reposo corpóreo. Lo cual se considera una experiencia precursora de desarrollo psíquico y magical.

Otras escuelas como la teosofía, relacionan los sueños voladores con el despertar de potenciales latentes de clarividencia remota. Ya que en este estado de conciencia visionaria ampliada, el durmiente puede sentir que rápidamente sobrevolase distancias, fusionando sujeto y objeto en forma de "conocimiento inmediato" de lugares distantes por telepatía onírica.

Así, las corrientes esotéricas coinciden en reconocer al vuelo onírico como anticipo de facultades superiores de gnosis y percepción extrasensible trascendiendo las barreras espaciotemporales ordinarias. Lo cual confirma al mundo invisible como fuente última de sentido más allá de lo físico.

Como vemos a través de este breve repaso, los significados atribuidos al vuelo onírico son vastos, desde el más mundano al más sublime. Quizás la manera más enriquecedora de abordarlos sea integrando complementariamente diversas aproximaciones.

Entendiendo por un lado que nuestro psique busca encauzar creativamente anhelos de plenitud insatisfechos. Pero también intuyendo en la ingravidez liberadora un atisbo spiritual del despertar trascendente que nos aguarda. Dos caras de una misma moneda en definitiva.

Y es que más allá de escuelas interpretativas, en última instancia los sueños hablan un lenguaje poético universal que todos reconocemos. Lenguaje que en el vuelo liberador nos recuerda persistentemente nuestra esencia espiritual y anhelo eterno de ascensión luminosa más allá de todo límite terrenal.

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Angela Barraza

Periodista y escritora chilena. Fue panelista del programa VIGILANTES de La Red TV y del programa Combinación Clave de Radio La Clave.  

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