La bruja y la escoba: Un viaje alucinógeno a través de la historia

Mujer volando sobre una escoba
Mujer volando sobre una escoba | William Mortense, Fuera para el sábado, 1927

Descubra la fascinante conexión entre la figura de la bruja, la escoba y el hongo del centeno, una planta con propiedades psicoactivas que jugó un papel crucial en la historia de la brujería.

La imagen de la bruja volando en una escoba es una de las más icónicas y reconocibles de la cultura popular. Sin embargo, pocos saben que esta asociación no es solo una creación de la imaginación, sino que tiene profundas raíces en la historia y la farmacología.

En la Europa medieval, el pan no era de trigo como lo conocemos popularmente hoy, sino que era elaborado con centeno. Al crecer las ciudades, el pan debía hacerse con antelación y con la humedad, le aparecía un moho llamado "ergot".

El hongo del centeno, conocido como Claviceps purpurea, era un contaminante común del grano. Este hongo contiene una serie de alcaloides, como el ergotamina y el ácido lisérgico, que tienen potentes efectos alucinógenos. Cuando se ingería, el hongo podía provocar una serie de síntomas aterradores, como convulsiones, delirios, visiones y, en algunos casos, incluso la muerte.

Sin embargo, no era necesario comer el hongo para experimentar sus efectos.


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El ergotamina se absorbe fácilmente a través de la piel, especialmente en las áreas sensibles y a través de los tejidos finos como los genitales.

Como el disfrute de los alucinógenos no es exclusivo de esta época, antiguamente las mujeres que frotaban sus genitales con el hongo o con harina contaminada con él podían experimentar una serie de efectos similares a los de la ingestión, incluyendo alucinaciones, sensación de vuelo y una sensación de euforia.

Es aquí donde entra en juego la escoba. La escoba era un objeto común en los hogares medievales, y muchas mujeres la usaban para limpiar y barrer. Sin embargo, algunas mujeres también la usaban para aplicar ungüentos a sus genitales, incluyendo ungüentos hechos con hongo del centeno.

El "ungüento de bruja" se preparaba mezclando el hongo en polvo con grasa animal, hierbas y otros ingredientes. Se aplicaba a los genitales antes de acostarse, y los efectos podían durar varias horas.

Las mujeres que usaban este ungüento a menudo reportaban experiencias de vuelo, encuentros con demonios y otras criaturas fantásticas.

Es importante señalar que no todas las mujeres que usaban ungüento de bruja eran brujas. De hecho, muchas mujeres lo usaban como un simple analgésico o para mejorar su vida sexual. Sin embargo, la asociación entre el ungüento de bruja y la brujería se hizo cada vez más fuerte a medida que la Edad Media se acercaba a su fin.

La Inquisición española jugó un papel importante en la difusión de la imagen de la bruja volando en una escoba.

Los inquisidores torturaban a las mujeres acusadas de brujería para que confesaran sus crímenes, y muchas de estas mujeres, desesperadas por escapar de la tortura, inventaban historias sobre volar en escobas.

La imagen de la bruja volando en una escoba se ha convertido en un símbolo de la brujería, y sigue siendo usada en la cultura popular hasta el día de hoy. Sin embargo, es importante recordar que esta imagen tiene sus raíces en la historia, y que la brujería medieval no era simplemente una superstición, sino una práctica basada en el uso de plantas y hongos con propiedades psicoactivas.

Angela Barraza

Periodista y escritora chilena. Fue panelista del programa VIGILANTES de La Red TV y del programa Combinación Clave de Radio La Clave.  

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