Más que una joya decorativa, en muchas culturas se ha considerado que la esmeralda posee ciertas propiedades mágicas y poderes de sanación. Pero, además, es una piedra preciosa codiciada por los estudiantes y académicos.
La esmeralda es una de las gemas más codiciadas desde la antigüedad. Con su característico y llamativo color verde, ha sido admirada por su belleza excepcional durante miles de años.
Origen mitológico
Según la mitología hindú, las esmeraldas surgieron de las profundidades del mar cuando el dios Krishna se zambulló en las aguas. Se dice que el verde brillante del mar quedó atrapado para siempre en estas piedras.
Los antiguos romanos relacionaban a las esmeraldas con la diosa Venus, señalando su capacidad para insuflar amor y deseo.
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Mientras tanto, en la América precolombina las esmeraldas eran símbolos de fertilidad y abundancia vinculados al dios Quetzalcóatl.
Propiedades mágicas
A lo largo de la historia, se ha atribuido una gran variedad de poderes místicos a las esmeraldas.
Por ejemplo, en el antiguo Egipto se las conocía como la "piedra del renacimiento eterno", pues se creía que aseguraban la vida después de la muerte.
También se pensaba que tenían el don de la clarividencia y la profecía, permitiendo vislumbrar eventos del futuro.
Incluso hoy en día, muchos videntes aseguran que tener una esmeralda facilita las visiones psíquicas y la comunicación con planos más elevados.
Otras de las reputadas propiedades mágicas de las esmeraldas son:
- Aumentar la inspiración artística y la creatividad.
- Mejorar la elocuencia y la facilidad de palabra.
- Proteger contra energías negativas y hechizos.
- Atraer la buena suerte, especialmente en los negocios.
- Potenciar la belleza, el atractivo y el encanto personal.
Propiedades curativas
Aparte de sus poderes esotéricos, durante miles de años también se ha valorado el potencial sanador de las esmeraldas. Por sus vibrantes tonos verdes, se las ha asociado intuitivamente con la curación y la renovación de la vitalidad.
Según cristaloterapeutas y curanderos energéticos, llevar esmeraldas equilibra los hemisferios cerebrales, activa y clarifica la mente, calma los nervios, reduce el estrés y controla los trastornos convulsivos. Esto la convierte en una piedra ideal para acompañar labores de estudio, sobre todo en tiempos de exámenes.
Asimismo, se cree que mejoran la memoria y la concentración, especialmente en estudiantes y académicos. También se utilizan para combatir la depresión, la ansiedad, el insomnio y los desequilibrios emocionales.
Otros usos terapéuticos tradicionales de la esmeralda son:
- Mejorar la vista y fortalecer los ojos.
- Tratar problemas cardíacos y circulatorios.
- Aliviar el asma, las alergias y enfermedades respiratorias.
- Combatir infecciones virales, bacterianas y micóticas.
- Regenerar tejidos dañados por quemaduras o heridas.
- Contrarrestar la ictericia y normalizar las funciones hepáticas.
Rituales y símbolos
Dada la gran variedad de propiedades atribuidas a las esmeraldas, no es de extrañar que desempeñen un papel importante en rituales mágicos y expresiones espirituales.
Por ejemplo, en la India y el Sudeste Asiático es común que los budistas y los hinduistas utilicen rosarios de cuentas de esmeralda para lograr una mayor concentración durante la meditación.
También se suelen regalar esmeraldas talladas con símbolos sagrados, como el om, para atraer energías benéficas a la vida de los seres queridos. Incluso hay templos, como el de Tailandia, donde se venera al Buda de esmeralda como manifestacion de lo divino.
En el taoísmo chino, antiguos poemas describen el "Jardín de las Esmeraldas", un paraíso celestial donde crecían árboles de esmeraldas y manantiales que irradiaban el néctar de la inmortalidad.
Y en el judaísmo, las esmeraldas adornaban uno de los doce pectorales del efod que utilizaba el Sumo Sacerdote para consultar la voluntad divina y transmitirla al pueblo.
El pectoral era una prenda que se llevaba sobre el efod. Era una especie de bolsa cuadrada de unos 23 por 23 centímetros, bordada en oro y con 12 piedras que representaban a las doce tribus de Israel. El pectoral se llevaba colgado de manera que cubría el corazón del sacerdote.
Con todos estos antecedentes históricos y culturales, no es de extrañar que las esmeraldas sigan suscitando atracción y fascinación hasta el día de hoy. Sin duda continúan brillando como poderosos talismanes cargados de significado espiritual.
