Piedras espirituales: propiedades mágicas y curativas del Ónix

Piedras de ónix
Piedras de ónix | Ruta de la cera

Considerado un amuleto contra la envidia y las energías negativas, el ónix ha tejido su historia entre rituales adivinatorios y la creencia en su capacidad para conferir fuerza sobrehumana, valor y buena suerte con tan solo el contacto.

El ónix es una piedra semipreciosa compuesta principalmente de sílice, apreciada desde la antigüedad por su belleza y cualidades místicas.

De color negro intenso con vetas blancas, se decía que su solo contacto tenía el poder de otorgar fuerza sobrehumana, valor y buena suerte.

Originaria de la India y Egipto, rápidamente conquería fama entre romanos y griegos como amuleto protector contra la envidia y las energías negativas. También se utilizaba para realizar ritos adivinatorios mediante la observación de reflejos en su superficie pulida.

Propiedades mágicas del ónix según la tradición


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Entre las principales cualidades mágicas que se le atribuyen al ónix se encuentran:

  • Protección contra maleficios y hechizos
  • Ahuyenta los malos espíritus
  • Otorga lucidez mental y clarividencia
  • Previene pesadillas
  • Aleja la mala suerte
  • Favorece la estabilidad emocional en momentos de angustia
  • Brinda autocontrol y favorece la toma de decisiones justas
  • Bloquea las energías negativas del entorno

Debido a estas propiedades, era común que los guerreros y nobles de la antigüedad llevaran amuletos de ónix durante las batallas, pues creían que esta piedra mágica garantizaba la victoria, a la vez que los protegía de lesiones graves.

También solía ser parte de los ajuares funerarios junto a la momia, para asegurar protección al fallecido en su viaje al más allá.

En la Edad Media europea, una leyenda muy popular indicaba que colocar un ónix con una pluma de cuervo bajo la almohada de una doncella la ayudaría a ver en sueños al hombre con quien se casaría. Este ritual adivinatorio está mencionado en algunos grimorios medievales que recopilan conjuros, pócimas y sortilegios populares de la época.

Propiedades curativas y terapéuticas

Además de sus cualidades esotéricas, durante miles de años el ónix también ha sido apreciado por sus propiedades curativas para el cuerpo y la mente. Algunos de sus principales poderes terapéuticos son:

  • Mejora el funcionamiento del sistema nervioso en casos de estrés, ansiedad o depresión.
  • Equilibra las emociones y previene cambios bruscos de ánimo
  • Favorece la lucidez mental y la concentración
  • Alivia calambres y dolores musculares cuando se aplica en la zona afectada
  • Incrementa la fuerza física y resistencia al cansancio
  • Mejora la circulación sanguínea y purifica la sangre
  • Estimula una respuesta más eficiente del sistema inmune
  • Contrarresta los efectos del envejecimiento y la fatiga crónica

Debido a esta amplia gama de beneficios para el bienestar, el ónix pulido suele utilizarse en terapias alternativas como el Reiki o el biomagnetismo.

Mediante imposición en ciertos puntos energéticos del cuerpo llamados chakras, se dice que potencia los efectos curativos, acelera la regeneración celular y equilibra los campos electromagnéticos.

También se lo emplea extensamente en el Feng Shui, disciplina china milenaria que busca armonizar los espacios mediante el correcto uso del color, las formas y los materiales. Colocar pequeñas esferas de ónix negro tiene un poderoso efecto para neutralizar vibraciones dañinas dentro de una habitación o lugar de trabajo.

Historia y significado del nombre

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Ónix - Minería en línea

El nombre científico de esta roca es calcedonia y abarca un grupo de piedras finas entre las que se incluyen ágatas, ópalos y calcedonias propiamente dichas. Todas están formadas principalmente por sílice y presentan tonalidades lechosas o translúcidas.

La variedad conocida como "ónix" proviene del griego "onux", que significa "uña" debido a que los primeros ejemplares llegados desde la India a Grecia tenían unas finas vetas blancas sobre fondo negro que recordaban a la uña de una garra. Los romanos adaptaron este nombre como "onyx" para referirse específicamente a la calcedonia con esas características.

Con el tiempo también comenzaron a extraerse ónix en canteras árabes y egipcias, ampliando la disponibilidad de una piedra que rápidamente se popularizó en joyería y ornamentación por toda Europa. Durante el Renacimiento florentino alcanzó uno de sus momentos de máximo esplendor artístico cuando genios como Miguel Ángel o Rafael Sanzio la utilizaron para realizar delicadas tallas en camafeo.

En nuestros días, el ónix continúa siendo muy cotizado en bisutería new age y en la elaboración de amuletos y talismanes que resguardan las ancestrales creencias sobre sus poderes protectores. Y también como material preferido en la creación de morteros, pisapapeles y otros objets d’art que resaltan la sublime belleza de sus vetas entrelazadas.

Angela Barraza

Periodista y escritora chilena. Fue panelista del programa VIGILANTES de La Red TV y del programa Combinación Clave de Radio La Clave.  

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