Dentro de la magia elemental y ritualista, hay ciertas herramientas que son fundamentales para llevar a cabo y a toda potencia las intenciones. El Athame es una de ellas.
Origen y significado
El athame es considerado uno de los instrumentos rituales más importantes dentro de la magia ceremonial y la Wicca. Se trata de un cuchillo de mango negro y hoja de doble filo, utilizado para dirigir energía pero no para cortar en el plano físico.
Su nombre derivaría de antiguos ritos alquímicos que empleaban un pugio athamé para sacrificar el ego inferior en pos de la trascendencia espiritual.
En esencia, el athame simboliza el principio masculino, la fuerza de voluntad, el fuego y la mente concentrada durante hechizos para focalizar el poder mágico convocado.
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Características físicas
Por lo general el athame presenta estas características:
La hoja suele medir entre 10 a 15 cm, con doble filo para canalizar y proyectar energía más efectivamente.
El mango oscila entre 8 a 18 cm, fabricado en ébano, caoba u otra madera oscura.
Ideal con empuñaduras curvas.
Tradicionalmente la hoja es de acero al carbono, evitando materiales baratos como aluminio que no mantienen cargas mágicas.
La decoración distintiva son unos caracteres rúnicos grabados cerca de la empuñadura con el nombre del dueño u otra palabra de poder.
Normalmente se guarda en una funda negra y sobre el altar. Solo aparece para trazar el círculo mágico y se empuña hacia lo alto para dirigir energías. Sale sólo durante los rituales wiccanos.
Utilización ritual
Entre los diversos usos que se le da al athame dentro de las ceremonias mágicas, destacan:
Trazar círculos mágicos de invocación sobre el suelo, visualizando lazos de protección alrededor del espacio sagrado donde tendrá lugar el ritual.
Realizar el llamado "Ritual de Pasaje", cortando presuntas ataduras sutiles que dificultan avances espirituales o materiales.
Durante conjuros, se utiliza el athame para dirigir impulsos energéticos del oficiante hacia los 4 puntos cardinales, dando así mayor énfasis a lo solicitado.
Al realizar hechizos, el filo apuntado hacia los diferentes ingredientes sobre el altar maximiza su potencia antes de mezclarlos.
En definitiva, más que un arma cortante el athame funciona como canalizador de voluntad aplicado a focos específicos con el objetivo de generar el cambio deseado por medios ocultos.
Limpieza energética y consagración
Es importante limpiar toda impronta ajena del athame luego de comprarlo y previo a consagrarlo para uso personal mediante este sencillo ritual:
Frotar la hoja con sal gruesa para absorber residuos y luego pasarle limón o vinagre eliminando lo disgregado.
Pasar sobre llama de vela blanca o azul para quemar restos sutiles vibracionales no afines. Si trabajas con una Vela Padre, tanto mejor porque canaliza bien sus energías masculinas.
Si no sabes lo que es una vela padre, en la siguiente nota lo explico en detalle (Debes bajar hasta el Ejercicio 6):
Tras purificarlo se procede a realizar la ceremonia de consagración, cuyas etapas esenciales serían:
Inscribir con letra personalizada los caracteres rúnicos sobre el filo, manteniendo plena concentración en el objetivo.
Ungir cuidadosamente el metal con aceites como sándalo, canela o mirra para activar su fuerza arcana.
Recitar 3 veces palabras sagradas de poder, elegidas mientras se visualiza luz dorada envolviendo por completo la pieza.
Con estos simples pasos nuestro athame quedará alquímicamente preparado para cumplir nobles propósitos rituales dentro de prácticas ceremoniales modernas y ancestrales variadas donde se invoque al Fuego primordial del Cambio regenerador.
