Dos sencillos rituales para realizar en la primera semana del mes que traerán abundancia y mejor suerte a tu hogar.
Desde la sabiduría tradicional nos llega el conocimiento de que miel y pan fueron símbolos de lo dulce, del trabajo, la fortuna y la abundancia; signos de esa gracia que endulza la existencia volviéndola soportable pese a sinsabores.
Hoy rescataremos esta mística alquimia que transforma lo amargo en dulce, convocando golosos prodigios del azar hacia nuestro laado. Sencillas ofrendas potenciarán poderes protectores que habitan y protegen nuestros paisajes más domésticos, magnetizando la suerte antes insospechada. ¡Pongamos manos a la obra!
I. Miel bendita en siete altares miniatura
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Para comenzar, conseguiremos siete vasijas de greda o barro cocido, emulando así alfarerías rústicas.
Pueden ser macetas, cuencos o cazuelitas (Las que usamos para el pastel de choclo o de papas están geniales. Luego recolectaremos hojas de menta y si no tienes, pues podrás usar laurel o albahaca y los vamos a mezclar con miel de abejas en un recipiente mayor (Usa números impares de hojitas en cada cuenco).
A continuación, consagra en tu altar los elementos que vas a utilizar y deposita esta dulce mezcla en cada vasija, mientras visualizamos rayos de luz dorada que atraviesan muros y ventanas, inundando cada ambiente con suerte y fortuna tangibles. Al finalizar distribuye estas siete vasijas como si fueran altares miniatura, regados estratégicamente por los rincones del hogar.
Para activar el conjuro, recitarás con fe la siguiente invocación, sintiendo cada palabra en tu corazón:
"Amado Yo Soy, te convoco para endulzar esta morada con tu poder divino... así como esparcí tu néctar en estas vasijas, derrama bendiciones sobre este hogar, sobre mi y mis seres queridos... Abre de par en par las puertas ocultas por donde corren invisibles torrentes de dicha y providencia. Que esta miel y esta menta sean los instrumentos que sostienen abiertas las puertas de la suerte para mi hogar y sus moradores. ¡Que en esta casa more la felicidad! Dado es aquí y ahora. Gracias."
Oración de endulzamiento
II. Pan iluminado por una vela verde
Cada luna nueva prepararemos este sencillo conjuro de abundancia.
Sobre un plato blanco colocaremos un pan, ojalá recién horneado. En su centro hincaremos una vela verde, preferentemente de cera natural. Luego regaremos miel de abejas sobre el pan hasta impregnarlo dulcemente.
Encenderemos la mecha con solemnidad y recitaremos el siguiente decreto visualizando energías luminosas envolviendo el plato ritual:
"Que la miel dore mis días de gracia y el verde de la esperanza renueve cada amanecer... Illumina siempre mi sendero, aquí y ahora, con el poder del Yo Soy decreto que reinará permanentemente la paz y la abundancia en mí y alrededor mio, para mi alto bien y del mundo entero. Hecho está. Gracias."
Decreto de abundancia
Dejaremos arder la vela sobre el oan embadurnado los primeros ocho días de cada mes lunar. Una vez consumida la mecha, llevaremos los restos de esta ofrenda a las raíces de un árbol robusto, que esté lejos de casa, agradeciendo los favores y la abundancia por llegar.
Concluiremos cada ceremonia con una sensación de certeza en el corazón, sabiendo que fuerzas auspiciosas acuden prestas al llamado de quien confía. ¡Adelante, no temamos endulzar el destino que nos aguarda!
