La magia, a lo largo de la historia, ha fascinado a la humanidad con su aura de misterio y posibilidad. Asociada con prácticas esotéricas y rituales, busca aprovechar fuerzas más allá de la comprensión convencional para producir cambios concretos en la realidad
La magia, en su esencia más pura, es un arte antiguo que busca comprender y canalizar las energías del universo para manifestar cambios en la realidad. En este viaje esotérico, nos sumergiremos en los principios básicos de la magia, desentrañando los misterios que la rodean y proporcionando una guía para aquellos que desean explorar este fascinante reino.
Antes de que comencemos por lo básico hay algunos principios o "Leyes espirituales" que debes saber si quieres emprender este camino de autoexploración y conocimiento.
No existe la verdad absoluta
No es disparatado decir que el descalabro de la humanidad etsriba en la creencia de que existe ua sola verdad absoluta y para todo. Lo cierto es que no existe una forma única de interpretar la realidad y hay tantas como seres humanos en el mundo. Tampoco existe una manera única de comportarse, de creer, de amar, de rezar, de vivir. No hay una sola manera de crear y expresar la magia.
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Es importante rechazar la idea de que existe una sola verdad porque ello conduce al fanatismo, a los totalitarismos y a la persecución. Todas las formas son valiosas y para practicar magia hay que respetar y valorar la diversidad porque sin ella, no hay evolución, ni cambio, ni magia.
Equilibrio perfecto
Para practicar magia debes saber que el mundo (universo) es un constante equilibrio perfecto y, por lo tanto, cada cosa tiene y contiene a su contrario.
Eso no significa, en ningún caso, que exista un aspecto negativo en este principio. Se puede ejemplificar con lo grande y lo pequeño, lo alto y lo bajo, el día y la noche, el negro y el blanco. Lo áspero y lo suave, lo mojado y lo seco, adelante y atrás, izquierda y derecha, lo frío y lo cálido. También está lo femenino y lo masculino, ambos aspectos de cada cosa son un complemento perfecto.
Ninguno mejor, tampoco más importante.
Acción y reacción
Si quieres iniciarte en este camino, debes tener completa conciencia de que cada acción tiene una reacción.
Este principio, también puede ser entendido como el Karma. Cada acto, cada rito, cada intención que se concrete, va a traer consecuencias. Es responsabilidad de cada quien tener claridad de esas consecuencias y su alcance.
Si creas maldad, lo que vas a recibir a cambio será maldad. De la misma forma, si creas armonía, vas a experimentar armonía. Además, debes saber que formamos parte de una unidad interconectada de múntiples formas: compartimos desde el internet hasta el aire que respiramos. Esta interconexión se traduce en que si decides afectar a alguien, esta persona va a afectar también a su entorno. Así, las acciones se transmiten y multiplican. El impacto de nuestras desiciones es expansivo.
Una escuela vitalicia
El camino de la magia o de la brujería es un aprendizaje constante. Nunca debes dejar de aprender porque la ciencia avanza a pasos agigantados y la tecnología ¡para qué decir! Mucha de la mala fama que tienen este tipo de prácticas se debe a la ignorancia que abunda en la boca de personas malpreparadas que se autodenominan practicantes de brujería, hechizería, chamanismo, mediums, y otros asuntos.
Por eso es fundamental que nunca dejes de leer ni de perfeccionarte en lo que decidas emprender como camino. Ya lo dice el viejo y conocido refrán: "Saber es poder".
Además, en el mundo abundan mercanchifles y estafadores que buscan embaucar a personas inocentes en sus momentos de mayor vulnerabilidad. Una de las formas de desenmascarar a un charlatán es por su ignorancia. Saber detectar la ignorancia es también una forma de defensa y resguardo.
Una red de protección
El cine está lleno de persecuciones de brujas. Los juicios de Salem y las historias de cazadores de brujas como Matthew Hopkins son archi conocidos. Lo más horrorizante es que son sucesos que realmente ocurrieron.
La figura de la bruja ha sido utilizada durante siglos para crear "otredades", para satanizar a la mujer y su intelecto y para reforzar instituciones poderosas. Instituciones que se han dedicado durante siglos a explotar la administración de la fe, la moral y los cuerpos a expensas de las víctimas que quedaron a la voluntad de los indiferentes, los cobardes y los crédulos.
No por nada el término "Caza de brujas" se usa metafóricamente hoy para hacer referencia a la persecución de un enemigo percibido (habitualmente un grupo social no conformista) cuando ocurre de manera sesgada o arbitraria e independiente de la inocencia o culpabilidad del supuesto enemigo en cuestión.
Es difícil acercarse a estos temas porque es muy fácil que las personas que desconocen la profundidad del campo caigan en caricaturizaciones o que mal entiendan de qué se trata y terminen satanizando el asunto.
Después de todo, la creencia en la brujería o en la magia es una minoría y la discriminación, incluso violenta, persigue todavía a quienes tienen la valentía de autodenominarse practicantes de magia, brujería, hechicería o como quieras denominarle, en sus entornos familiares o en sus trabajos.
Por todo lo expresado anteriormente, jamás se debe denunciar o comentar un camino que no sea el propio.
L@s Bruj@s no comunican la identidad de sus hermanes. Si por tu indiscreción ha de sufrir otra persona entonces tendrás que asumir el Karma. Siete veces siete, dice el refrán, se te devolverá lo que hagas.
En esta senda, quienes la están transitando, tienen el deber de ser una red de protección, un canal de ayuda, de contención y una luz de aprendizaje y enseñanza, porque nunca somos más vulnerables que cuando estamos solos, solas y soles.
Dicho lo anterior, vamos a los principios básicos que debes contemplar para descubrir si es este tu camino.
1. Intención y creencia:
En el corazón de la magia yace la intención. La mente humana tiene el potencial de influir en el mundo que nos rodea a través de la concentración, la manifestación y la creencia.
Este principio sostiene que la magia es más efectiva cuando se realiza con una intención clara y una creencia profunda en la posibilidad de que ocurran cambios. La meditación, los decretos, las mentalizaciones y la oración son métodos muy valiosos para insuflar de intención y fé lo que hagas.
La mente se convierte en una herramienta poderosa cuando se enfoca en un objetivo específico.
2. Ley de la atracción o la semejanza:
Este principio se basa en la idea de que lo semejante produce lo semejante.
Se refiere a la capacidad de utilizar objetos o símbolos que representan lo que se desea lograr. Por ejemplo, quemar una vela verde puede simbolizar la prosperidad financiera. La conexión simbólica y la energía dirigida hacia el objetivo se consideran fundamentales para que este tipo de magia funcione.
La magia se apoya en correspondencias, asociaciones entre elementos específicos y sus propiedades mágicas. Esto incluye colores, piedras, hierbas, días de la semana, y más.
Por ejemplo, se cree que el cuarzo transparente es amplificador de energía, mientras que el color verde está vinculado a la prosperidad.
3. Ley de la correspondencia:
La ley de la correspondencia sugiere que hay una conexión entre los planos físico, mental y espiritual del universo. Lo que sucede en uno de estos planos puede afectar a los demás. Esta ley se utiliza para seleccionar objetos o rituales que representen la realidad que se quiere manifestar. La alineación con los patrones cósmicos es esencial para lograr resultados significativos.
4. Energía y frecuencia:
La magia también se vincula con la manipulación de energía. Se cree que todo en el universo emite energía, y los practicantes de la magia aprenden a sentir y dirigir esta energía hacia sus objetivos.
Las frecuencias vibratorias de la mente y el cuerpo se consideran clave para la manifestación de cambios en la realidad.
5. Conexión con la naturaleza: Tiempo y ciclos:
La magia a menudo está sincronizada con ciclos naturales, fases lunares y momentos astrológicos. La creencia en la influencia del tiempo en la efectividad de los rituales es un principio fundamental.
La elección cuidadosa de cuándo realizar ciertos trabajos mágicos se basa en la comprensión de los ritmos cósmicos y la conexión con fuerzas más allá de nuestra percepción inmediata.
La magia tiende a tener una conexión intrínseca con la naturaleza. Muchas prácticas mágicas honran ciclos naturales, celebran festivales estacionales y reconocen la divinidad en la tierra, el agua, el fuego y el aire.
La posición de la Luna es muy considerada en la magia. Diferentes fases lunares se asocian con propósitos específicos; por ejemplo, la Luna llena puede ser propicia para la manifestación y la culminación de objetivos.
6. Sincronicidad:
La magia reconoce la sincronicidad, eventos aparentemente casuales que están conectados significativamente. Estar atento a estas coincidencias puede proporcionar guías y señales en el camino mágico.
7. Tiempo y espacio sagrado:
Crear un espacio sagrado y elegir momentos propicios para la magia son componentes esenciales. Establecer límites y respetar la sacralidad del espacio contribuye a la efectividad de los rituales.
Si ese espacio sagrado se comparte con personas afines y que persigan los mismos objetivos, es aún más efectivo.
8. Rituales y ceremonias:
Los rituales proporcionan una estructura para la práctica mágica.
Estos pueden variar ampliamente y van desde sencillos gestos hasta elaboradas ceremonias. Los practicantes eligen o crean rituales que se alineen con sus intenciones, aprovechando símbolos y elementos significativos.
9. Herramientas mágicas y símbolos:
Instrumentos como varitas, calderos, athames (cuchillos rituales) y pentáculos son comunes en la magia. Cada herramienta tiene un propósito específico y simboliza diversos aspectos. Su uso se incorpora en rituales para dirigir y potenciar la energía.
Velas, cristales, hierbas y otros objetos se utilizan como herramientas mágicas. Cada uno tiene propiedades específicas que tienen la capacidad de potenciar o canalizar la energía de acuerdo a lo que el practicante necesite.
10. Ética y Responsabilidad:
Los practicantes de magia a menudo siguen un código ético que destaca la responsabilidad en el uso de sus habilidades. Se enfatiza la importancia de no causar daño a otros y de aceptar las consecuencias de las propias acciones.
Estos principios básicos de la magia ofrecen una visión de cómo los practicantes buscan influir en el mundo que les rodea.
La magia es, en muchos sentidos, una expresión de la capacidad humana para explorar lo desconocido y aprovechar el potencial que yace más allá de los límites de la percepción convencional.
Al sumergirse en estos principios, los buscadores de la magia exploran un reino donde la mente y la realidad están entrelazadas de manera intrincada.
